viernes, 6 de junio de 2008

En mi sueño me siguen persiguiendo los demonios.

Uhhh, la típica actitud de Saturno es echare la culpa al planeta (¡maldito mundo, conspiras en mi contra!) y amenazar de modo chistoso (¡¡¡dícelo a mis polainas!!!), en este caso no es distinto.
Hay algo esta vez que me dice que debo eliminar a la causante de ese dolor, de esa maldición que se presenta en forma de arma cortopunzante y se clava en mi cuerpo cada vez que puede dentro de mis sueños. He terminado desangrado más de una vez y siento que realmente sucedió todo aquello. Tengo que teminar con el asunto de la "rubia tentación", pero no puedo dejar de pensar en ello, de testigo tengo a una diez personas que me han oído decir palabrotas en su contra. ¿Si asesino a un cachorrito? en realidad no es mi estilo, aunque debería serlo, así mis alucinaciones no se atreverían a atormentarme en los sueños. El sueño que me molesta es aquel en que pierdo el equilibrio dentro de un hospital, el mismo pasillo en donde perdí en sentido de orientación aquella vez, era tal mi angustia que no podía dar con la salida. Vagué una hora, una hora de mi vida en la cual sentí que todo se habia acabado.

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