sábado, 16 de julio de 2011

Paraíso rojo

"Altruismo sexual: se produce cuando una persona por su minusvalía, temor a la pérdida o el abandono del objeto amado, se subalterniza a los designios eróticos de éste aunque no los sienta o comparta."
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Y regresa por cuarta o quinta vez –no lo recuerdo–, se sienta y se levanta, camina por la casa, intenta entablar una conversación conmigo ¿es que no entiende que ya no lo quiero cerca?, no deja de moverse, saca una copa y baila con ella, busca la botella que traía consigo bajo el brazo cuando golpeó a mi puerta, la copa va a dar contra la pared ¡está derramando el vino sobre su cabeza! se mueve lentamente, abre un poco su boca y bebe lo que cae en ella, tiene los ojos cerrados ¡maldita sea! la botella vacía se rompe al tocar el suelo, la soltó porque se acabó el vino, se desnuda sin prisas, ya no puedo aguantar todo esto ¡la última vez te largaste porque no querías usar las cuerdas! ahora estás cubierto de licor y una gruesa cuerda cuidadosamente amarrada alrededor de tu cuerpo se tiñe de burdeo, intento contener el deseo que impulsa mi cuerpo, pero es inútil.                                         
Cuando todo termina desato cada nudo que mantiene la cuerda tensa sobre su cuerpo, escucho un sollozo y conozco la razón; la última vez se quejó de todo, de mi cuerpo, de mi olor, de las cuerdas con las que intenté atarle, del vino, de la botella, de la copa y de la cama. Se fue, pero regresó pronto, no quiso someterse esa última vez, pero no le quedó alternativa al regreso; si quieres algo, obtenlo a cualquier precio.

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