Carne en descomposición, carne que se pudre, sangre que ha perdido sus límites dentro de la
carne, el violáceo profundo de un golpe, sangre que se corrompe en el cuerpo. Conocerla,
oírte hablar de la mujer que había inspirado lecturas y el imprevisto
encantamiento por la literatura, inmiscuirte en su mundo y llenarla de mitos,
de fuerzas que jamás tuvo. Hacía horas el café esperaba sobre la mesita de
noche, no había interés en beber, el cigarrillo se convertía en cenizas que no
te molestabas en sacudir, parecía que las cosas tomaban un rumbo grave y
confuso, los golpes tenían algo que ver en todo esto. Mantener la boca cerrada
llena de sangre debe ser difícil, sonreír con los dientes maquillados carmesí
es una imagen horrenda, escupir no es digno, dejar de hablar porque tu boca se
llena de sangre es imperdonable, tragarla es beberte el amargor de tus días
felices. Importarte de nada, estridente a mediados de semana cuando había dos
personas en la casa, en la misma habitación, odiándose, miran y examinan sus
ojos, se ven reflejados en la pupila del otro y [chaz-crash] el espejo roto, el
admirador de las cosas imposibles se lamenta porque la suerte no le acompañará,
la admiradora de las cosas improbables extrañará la baratija de su abuela que
jamás volverá a tener en sus manos. Las quejas constantes de que hay un pequeño
hilillo de sangre bajando por la frente del enemigo, las lágrimas difuminan las
arrugas, le hacen parecer una niña, se siente como una niña [bam-crash] espejos
rotos. Escaleras, el trayecto en que debes permanecer erguido y firme, bajarlas
dando tumbos, en el penúltimo peldaño luego del descansillo separando los
largos dedos blancos que encarcelan tus órganos maltratados. Al principio no
dolió porque al fin y al cabo el primero jamás se busca. [Bum] Espejos.
Mantenías entre tus dedos los cabellos canos que entrecortaban su cabellera,
estabas tan cerca y saboreabas en el
fondo de tu garganta el agrio olor del semen añejo, siempre estaba escapando de
su entrepierna para acabar impregnado en su cuello, cabello a cabello y no te
importó. [Crash] Espejos, el ojo de la tierra, el ojo de su culo, el ojo en
medio de su frente, pozos estancados de sangre, golpes a mano abierta sobre los
hombros y a puño firme en el vientre. Ojo, ojo de sangre.
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