¿1? ¿4? ¿6?, miré aquellos números y no pude evitar preguntarme el por qué de aquellos números, estaba dentro de un ascensor y solo había tres destinos, piso 1, piso 4 y piso 6. ¡¿Qué demonios?!, cuando quise comenzar a pensar sobre el asunto seriamente las puertas se cerraron y me vi obligado a escoger... piso 6. Subió y subió la cabina, era pequeña, molesta de cierto modo, apenas si había espacio para una persona. Miré el reloj en mi muñeca, estaba más que seguro de que habían pasado veinte minutos desde que me subí al ascensor, no puede evitar preguntarme qué estaba sucediendo. No había problema, en realidad no tenía prisa y me importaba poco a qué altura estaba el dichoso piso 6. Hasta ahí bien, estaba calmando mis nervios cuando el ascensor comenzó a bajar, pronto se sintió como si todo el mecanismo desapareciera y la cabina se deslizara a través del cielo en caída libre, en un acto tonto de mi parte me agaché y esperé a que mi viaje terminara. El ascensor se ladeó, como si atravesara un espacio curvo. La misma sensación de ser impulsado lejos llegó a mi y me aturdió por un momento, la cabina se abrió y salí. El camino que debía recorrer no era nada parecido a lo que esperaba, la atmósfera tenía algo distinto. Ese lugar era desagradable, oscuro, horrible. Me sostuve un momento de las paredes, sentía que el piso se movía, no podía fijar la vista en ningún lugar. ¡Maldita sea! termino de maldecir y caigo al piso.
Desperté muy asustado, sudando, medio paranoico y un poco más loco.
Uhhh, tengo que intentar dormir a una hora adecuada, esto me está matando.