sábado, 2 de mayo de 2020

Emotivo o sensiblero - Cobarde I


En casa no se permiten las enfermedades psiquiátricas, en casa no se deprime la gente ni se intenta suicidar, no se corta ni se quema, no tiene amoríos que valen la vida y no juran amor eterno. En casa son rencorosos, no hay perdón y jamás se olvida. En casa no se permiten los enojos en paseos familiares ni se oye cuando alguien dice "duele", "me siento infeliz", "me siento fracasado". 
Es cierto que alguna vez dijo: "mamá, me siento un fracasado", con escasos siete u ocho años. Es cierto que lloró con un jodido nudo en la garganta y es cierto que sintió todo eso, pero ya no aparecía de la nada; después de los veinte aprendió a invocar esos deseos para usarlos al escribir. Aprendió a conjurar efectos complejos: rabia y tristeza, odio e ira. Nudos imposibles en el cuerpo, sobre los hombros y sobre el pecho; falta de aire y breves ataques de pánico, visiones en túnel y desorientación; respiración tan apretada que podías oír sibilancia; alteraciones en el sueño, periodos de insomnio largo o breve, saltos temporales que podías explicar por baches de memoria. 
Hay ciertas imágenes que no puede ver -que no tolera-, imágenes con colores vivos, imágenes con personas abrazándose, personas que se entregan al otro, personas que lloran, personas que muestran emociones en el rostro, imágenes de galaxias con música relajante. Fue y comentó un día que las imágenes del cosmos le provocaban intensas ganas de llorar. No, no se trata de ser sensible y no tiene nada que ver con que escribas o que pintes o que compongas o que te guste el arte. 

*Hay un libro en que el castigo máximo para un criminal estelar consistía en recrear lo insignificante que era frente al universo, mostrándole justamente lo que era y haciéndoselo sentir, obligándole a morir en la certeza de que no importaba.   
 

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Si esto no resulta, me retiro definitivamente.