domingo, 9 de noviembre de 2008

Corriendo con la brisa nocturna I.

Caminé inquieto a través de un par de cuadras, acelerando el paso de vez en cuando, buscando con la vista un lugar. La calle estaba bastante destrozada, quizás toda esa tierra necesitaba levantarse de vez en cuando y estirar las piernas adormecidas, quizás sería un capricho de algún tipo loco fanático del fango... Sorteando algunos agujeros, mucha gente y un par de vehículos, llegué a mi destino. Entré al local y sentí que un aire revitalizador venía a mi cuerpo. Sonreí. Salí a recorrer la manzana mirando los anuncios sin ningún interés en particular. Miré las flores fucsias y ellas me miraron, desvié la vista.

Continuará...

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