jueves, 10 de septiembre de 2009

La senda del mal.

[Continuación]
Mis ojos iban de una lado a otro y es que aquel día me sentía perdido, totalmente desorientado. No tenía claro qué estaba haciendo allí, no recordaba a qué hora había invitado a las nenas que tenía a mi lado, tampoco recordaba cómo había llegado a ese local. El humo de miles de cigarrillos dejó mi mente nublada, nada en aquel ambiente me había fácil la tarea de mantenerme conciente. Me levanté con la idea de salir del lugar, apenas me levanté, un mareo me hizo caer. Sentí a lo lejos un par de voces femeninas, me pareció oírlas gritar.
- Amor, despierta.
- ¡Maldita sea!, te dije que nunca me despertaras.
- Lo siento, pero no me dejabas dormir con tu gritos.
Esta historia tiene un final, pero no es algo que se pueda contar. ¡Quédate con las ganas!.

No hay comentarios: