jueves, 2 de septiembre de 2010

La historia de la abeja malhumorada

Joven que se siente terriblemente mal busca un columpio para sentir que su cuerpo cuelga de algún lugar, cuando algo inestable lo sostiene tiene la capacidad de dejar el malestar atrás. Desde el mágico bienestar que le proporciona el columpio ve a una abeja que ataca insistentemente su mano, él no siente cuando el aguijón penetra en su piel, algo raro está pasando. La abeja sigue dando puntadas con su abdomen, ya van más de diez veces; él sigue sin sentir dolor, la abeja sigue con el aguijón intacto.
El hilo que dibuja un nombre está adherido a su piel, las puntadas son profundas y se entrelazan en una curiosa trama. La abeja muere mientras cava su tumba en el dorso de la mano de su huésped. El nombre es…

1 comentario:

F... dijo...

ohhh sigues sorprendiéndome,ya hablaremos,