martes, 9 de octubre de 2012

Sobre la escritura amatoria con gatos

Nota 1: Podrá usted consultar esta pequeña
referencia si es un amante solitario y enfermo, 
dependiente psicológicamente de animales 
imaginarios; en este caso particular, gatos.
Nota 2: Consulta solo referencial.


A.- Con gatos hembra:
            Las gatas con admirables amantes, son perfectamente fieles a sus dueños, se sienten a menudo incitadas por el olor que traes en los sobacos luego de un día de trabajo. Las sientes ronronear a tu lado pidiendo atención, les puedes rascar el lomo con toda confianza, son buenas amantes de hombres solitarios (además, en contadas ocasiones, pueden ser excelentes amantes lésbicas). Si se encuentran solas en casa, les encantará excitarse con la ropa que sus amantes han olvidado sucia en algún lugar de la habitación, envueltas en las prendas sus cuerpos comenzarán a subir de temperatura, en algunos casos abrirán sus bocas y dejaran caer un hilillo de saliva, los dedos de cada extremidad se estirarán para luego contraerse de acuerdo a las pulsaciones de la excitación. Al acabar de jugar con las ropas sucias, se sentirán satisfechas y dormirán hasta que llegue el amante, sin embargo, pueden estar largo rato despiertas, especialmente si les acaricias entre las patas traseras, con un movimiento de vaivén suave o un pequeño masaje.

B.- Con gatos macho:
            El gato macho es un ser celoso, cualquier acto que denote traición será mérito para recibir un par de zarpazos en pleno rostro; a pesar de la conducta vengativa, son cariñosos con sus amantes, para mujeres son las mascotas ideales,  les encanta dormirse en tu pecho, entre tus senos, aunque pienses que el tamaño define el gusto, no es así; mientras tengas espacio en tu pecho, más a gusto pueden descansar allí acurrucados. Les encantan las actividades de juego mutuo, tocará tus piernas e intentará colarse hasta arriba en tu cuerpo mientras estés descansando o leyendo en tu cama. Les encanta cualquier tipo de juego relacionado con sus dispuestos genitales, especialmente sus testículos, que siempre parecen turgentes y prestos a que le acaricies. En soledad buscarán el lugar en que duerme su amante y se arrullará con el calor que dejaron después de dormir toda la noche. Al llegar a casa te saludará con la cola levantada, dejando expuestos sus genitales deseosos, no dudes en tocarlos.

C.- Sobre la escritura amatoria:
            Los gatos que sienten predilección por las máquinas de escribir –independiente del género– son excelentes para un ejercicio completo y satisfactorio. Los gatos amantes, con mucho tiempo viviendo en tu hogar son mucho mejores para el ejercicio. Debe tener plena confianza contigo y, al menos, debe haberse excitado una vez entre tus ropas. Un contacto inicial de abrazos y caricias es suficiente, lo próximo será disponer la máquina de escribir con una hoja en blanco. El gato tomará una posición en donde ambos se sientan cómodos; si instintivamente el gato se coloca en una posición que te impide escribir o se mueve constantemente, escogiste al amante equivocado. El amante ideal es aquel que toma aliento en tus piernas y observa pacientemente algún cambio, él se sienta o acuesta luego sobre tus hombros, mirando el proceso del texto. Antes de cualquier movimiento debes excitar a tu gato hasta sacarle un sonoro ronroneo, además debes encargarte de que sus genitales estén dispuestos al coito: ambos están listos para un próximo texto. El ronroneo del gato es un pulso hipnótico que marcará el ritmo en la narración. El movimiento de sus dedos –contrayéndose y relajándose– señalará los giros de los eventos dentro del párrafo. La localización de los personajes dentro de la trama la indicará maullando, de vez en cuando, en cuanto lo crea conveniente: preste atención a cada uno, si no los escucha con atención caerá en errores e incoherencias dentro de la narración. Terminado el texto proceda a agradecer a su amante con una caricia en los genitales, cuidando de no excitarlos demasiado, besando toda parte húmeda, incitándolo a que acabe de ronronear y comience a disfrutar plenamente de la masturbación para recompensar su ayuda. Al terminar de acariciar a su gato, él susurrará el final del texto que usted escribía antes, oiga con atención, solo lo dirá una vez.

Nota 3: Para más información consulte
el manual extendido.
Nota 4: Jamás permita que su gato lea
esta valiosa información. 

[Publicado en Revista Literaria Escarnio N°32]

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